lunes, mayo 14, 2007

Mira si yo te querré, Luis Leante

Premio Alfaguara de Novela 2007. Alfaguara, Madrid, 2007. 308 pp. 19,50 €

Luis García

Luis Leante no es un autor novel, aunque sí que es (era) un perfecto desconocido (literario) hasta que hace escasas semanas se alzara con el Premio Alfaguara de Novela 2007 con la novela Mira si yo te querré. El propio autor, murciano de nacimiento y alicantino de adopción, ha reconocido con una mezcla de inocente satisfacción, el estupor y desconcierto (a partes iguales) que le produjo la llamada telefónica de nada menos que Mario Vargas Llosa, su maestro, anunciándole que se había hecho con dicho galardón. Hasta aquí, creo que es cuanto se debe decir de la persona. Porque a quien le toca hablar a partir de ahora es al escritor.
La novela, Mira si yo te querré, cuyo titulo recoge una estrofa en un guiño hiperbólico de la canción Las Corsarias, no desmerece en absoluto. La historia bien trazada mezcla con maestría elíptica los convulsos años setenta, la marcha verde, la vendetta del Sahara, con la actualidad. Y en mitad de todo eso, una historia de amor imposible por más que el autor (y los personajes) se empeñen en lo contrario.
Cierto es que tengo la fortuna de haber sido uno de los primeros lectores de la novela hace ya varios años, y no es menos cierto que ahora como entonces, me emocionó como pocas, quizás por lo fácil que resulta identificarse con el personaje central que todo lo envuelve: el desierto y sus habitantes. O quizás por ese intento del narrador por reescribir una historia de cuyo trágico desenlace todos somos en mayor o menor medida cómplices omniscientes. Por eso la historia de amor de Santiago —una suerte de pícaro moderno que por diversas vicisitudes se ve obligado a terminar en el desierto del Sahara— con Montserrat Cambra, doctora y miembro de la selecta burguesía catalana, se solapa con la cruda realidad que se nos cuenta: los albores del nacimiento del Frente Polisario, la injusticia cometida contra un pueblo que había depositado en nosotros todas sus esperanzas.
Por eso la novela tiene mucho de catarsis colectiva y así es como a Luis Leante le gusta que sea interpretada, aún a riesgo de atentar contra el sagrado principio de la verosimilitud. (¿Son las historias de amor en literatura verosímiles?). Entremedias, como decía, una historia de amor apasionante e imposible que tiene mucho de viaje iniciático permanente: la de Montse cuando descubre con estupor que Santiago no había muerto hacia veinticinco años, la de Santiago cuando se mimetiza con su entorno... bien construida y desarrollada.
Mira si yo te querré está llamada a triunfar por tocar de frente y sin tapujos ni concesiones un periodo de nuestra reciente historia demasiado oscuro para obviarlo, pero también porque puede ser leída como una historia de aventuras con grandes dosis cinematográficas. Calidad, desde luego, no le falta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

comprometerse con la justicia y denunciar el olvido en el que las grndes potencias tienen sumido a los pueblos oprimidos debe ser el primer deber de todo gran escritor que se precie de serlo y creo que Leante a sabido cumplir a cabalidad esta noble tarea al poner al descubierto la gran injusticia que los sucesivos gobiernos españoles no han sabido o no han querido enmemdar ,sobre todo el ejecutivo de Zapatero que intenta engañar al mundo con su doble rasero a la hora de hablar de legalidad internacional.Esta bien lo de retirar las tropas de iraq pero en el Sahara Occidental persiste aún una situación de desafío a la legalidad internacional incluso con la convivencia del gobierno socialista que no hace mucho vendió un importante arsenal de guerra a Marruecos que precisamente es el país que pisotea esta manoseada palabra de Legalidad en boca de Zapatero,o es que el concepto de legalidad internacional cada cual lo usa a su conveniencia.
una vez más enhorabuena a Leante que enfrentarse a la verdaa en estos tiempos tan revueltos y confusos,haciendo que la justicia prevalezcasiempre por encima de toda consideración.
un saharaui indignado por la actitud del gobierno español.