jueves, noviembre 27, 2008

Mariposas para los muertos, Diane Wei Liang

Trad. Lola Díez Pastor. Siruela, Madrid, 2008. 228 pp. 18,90 €

Carmen Fernández Etreros

Mariposas para los muertos es el título de la nueva novela negra de Diane Wei Liang en el que cuenta un nuevo caso de la detective china Mei Wang, tras el éxito de El ojo de jade. Una novela que supera con creces sin duda en complejidad argumental y pasión a la primera. La autora en esta ocasión vuelve a poner a la protagonista, la detective Mei, en peligro para investigar la verdad en una sociedad que tiene día a día que convivir con los secretos del pasado.
La escritora se enfrenta en Mariposas para los muertos a ese silencio tácito, no en vano sus libros están censurados en China, y relata una historia del pasado reciente del país: la masacre de Tian’anmen. ¿Qué fue de los chicos que participaron en esa revuelta? ¿Dónde están casi veinte años después? La escritora se enfrenta al silencio oficial, a esa plaza vacía que se cierra siempre cuando se cumple un año más de la masacre y que ella misma no puede pisar. Muchos huyeron al extranjero y otros fueron encarcelados. La propia autora Diane Wei Liang, (Pekín, 1966) se encuentra entre los que tuvieron que huir, en su caso a Estados Unidos, ya que participó en las protestas estudiantiles de la plaza de Tian’anmen en 1989. La escritora conoció en persona el infierno que supuso aquella noche y con este libro parece que quiere contar la historia de aquellos que fueron encarcelados y como se rompieron todas las esperanzas que tenían esos jóvenes que participaron.
Mariposas de papel comienza con la puesta en libertad en un pueblo remoto de China de Lin, un activista político encarcelado nueve largos años tras la masacre de Tian’anmen. Lin ahora es un hombre avejentado, triste y sin ilusiones, que se dirige a la capital del país, donde espera encontrar de nuevo a los suyos y quizás rehacer su vida. Pero han pasado nueve años y a veces la vida cambia para siempre en la tristeza de una noche...

Sin descanso he viajado
buscando por todas partes;
y lo que no he encontrado
es mi corazón de antes
(pág.93)

Lin busca el pasado que tuvo que abandonar abruptamente hace nueve años, pero ya él no es el mismo, ni los familiares que dejó, ni sus amigos, ni su barrio,... Un vida rota en el silencio de una noche.
Mientras tanto la detective Mei Wang acepta investigar la desaparición de una fulgurante estrella del pop, Kaili, joven, hermosa y brillante. Una joven que sin embargo desaparece sin explicaciones en un pasado turbio que debe descubrir Mei. La detective volverá a encontrarse con el glamour de las clases altas del Pekín moderno, la droga y el lujo de los garitos nocturnos de la capital. Pero al mismo tiempo este mundo le llevará a los viejos, sucios y desvencijados “hutongs” de la periferia de Pekín donde se sigue viviendo de manera silenciosa, donde se sigue tirando a la calle el agua sucia. La pista de una delicada mariposa de papel que Mei encuentra en el apartamento de Kaili, descubrirá toda una trama de traición y secretos guardados durante años.
La protagonista, la detective Mei, no participó, muy a su pesar, en la revuelta de Tian’anmen, oyó los disparos y se escondió entre sólidas paredes. Mei siente esa falta de actividad como una deuda ante los que participaron y pusieron en peligro sus vidas y así lo va reflejando a lo largo de la historia. Un peso que lleva arrastrando estos nueve años y que le acerca a la desgraciada vida de Lin y su entorno.
La escritora gana en esta novela en ritmo, en complejidad de la intriga, en profundidad, en construcción de los personajes y logra crear esa atmósfera de silencio sobre el pasado que domina toda la novela. Las cartas de Lin a su amada dan un toque maestro a toda la novela y nos acerca a los sentimientos de este joven. En suma una novela sobre traiciones y sobre desengaños, que pretende recordar la historia de los olvidados de Tian’anmen y recuperarlos del silencio dejando en la puerta de sus casas mariposas de papel.

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