miércoles, enero 04, 2017

Salústio Nogueira. Historia de un arribista, Francisco Teixeira de Queirós


Trad. Àlex Tarradellas
Ediciones del Viento, A Coruña, 2016. 424 pp. 22 €

Verónica Aranda

El escritor luso Francisco Teixeira de Queirós (1848-1919) tuvo la mala suerte de ser coetáneo de Eça de Queirós, por lo que quedó eclipsado con el paso de los años. Es muy poco conocido en España (sólo se había traducido y editado una antología suya de cuentos en 1920) y bastante olvidado en Portugal, donde hay que rastrear mucho en las librerías de viejo para encontrar alguno de sus libros. A pesar de todo, Teixeira de Queirós fue una personalidad relevante en su época, ejerció la medicina y la política, fue un militante activo del partido republicano de Portugal y llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores en 1915, además de un prolífico escritor. Influido por Balzac y su Comedia Humana, decidió englobar sus novelas en dos series tituladas Comedia del Campo y Comedia Burguesa, “escenas de la vida lisboeta”. Salústio Nogueira. Historia de un arribista, pertenece a esta última serie y es una obra maestra del naturalismo, una de las grandes novelas portuguesas del XIX que se traduce por primera vez al castellano y que Ediciones del Viento ha tenido el acierto de editar.
El protagonista, Salústio Nogueira, es un petimetre de provincias, cínico, despiadado y con una ambición sin límites, que se mete en política para medrar y trepa vertiginosamente. Ayudado por su buena planta, su capacidad oratoria y sus influencias, le nombran diputado y poco tiempo después consigue una cartera de ministerial. Pero la protagonista absoluta de la novela es la sociedad de Lisboa de finales del XIX, en plena decadencia de la monarquía. Una sociedad moralmente corrompida y sin escrúpulos, de la que el autor hace una sátira mordaz. El parlamento es realmente un teatro, donde todos van a lucirse y a dejarse ver. Sin embargo, las grandes decisiones para el país y los nombramientos se pactan en los salones aristocráticos, donde reina la frivolidad. Las mujeres de la buena sociedad, pueden encumbrar a un amante o arruinar su carrera política. Todos miran por sus intereses personales y comerciales. Teixeira trata asimismo, con su fina ironía, el tema de la corrupción y de la explotación comercial de las minas de África por parte de unos pocos poderosos.
Influido por el espíritu positivista, el autor lo aplica en la creación de una novela crítica, ya que consideraba que era «la mejor forma literaria para expresar la complicada vida moderna.» De hecho, Salústio Nogueira, se puede leer también como un estudio sociológico de la sociedad lisboeta de la época, a través de la observación analítica que hace el autor de lo cotidiano, dando una visión panorámica en la que se detiene también en personajes secundarios que reflejan las grandes desigualdades sociales y de género de la época, y el desamparo de la clase obrera. Personajes abandonados a su suerte como Angelina, la amante paciente de Salústio, que vive escondida y no tiene espacio en las aspiraciones de poder del diputado, son un buen reflejo de la hipocresía y el clasismo de esa sociedad finisecular. Según el crítico Antonio José Saraiva, Teixeira de Quierós es el primer novelista portugués capaz de superar el idealismo romántico con el que se abordaba el mundo femenino.
Cabe destacar la magnífica traducción de Àlex Tarradellas, autor también del ilustrativo prólogo, que nos acerca un clásico con un lenguaje actual, sin distanciarse de su esencia y de la fluidez de la pluma queirosiana en las descripciones y diálogos. Estamos ante un clásico que no ha envejecido. A pesar de ser escrito en 1883, sorprende y da qué pensar lo actual que resulta esta Historia de un arribista, ya que el arribismo político, tanto en España como en Portugal, sigue estando a la orden del día. Muchos políticos actuales bien podrían ser los protagonistas de esta novela que nos ayuda a reflexionar y ver en perspectiva a dónde se remontan los males del sistema y la irresponsabilidad de la clase política.

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